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Siempre me ha apasionado la naturaleza y todo lo que tiene que ver con ella, plantas, suelo, aire, animales pero sobre todo el mar. Desde pequeña, mi obsesión fue la vida marina, el agua, los animales en el agua, los arrecifes, hasta los cangrejos que jamás me gustaron, pero igual me interesan.

Durante las vacaciones de verano por lo regular, mi familia y yo viajábamos en barco a visitar a mi familia en Durango y San Luis Potosí, lo mejor del viaje para mí siempre era el recorrido en el barco. Veía como las olas chocaban contra el barco cuando apenas salía o entraba al puerto, y la espuma que el agua hace a los costados y detrás del barco cuando avanzaba. De vez en cuando veía delfines y a veces hasta tortugas disfrutando del sol. Para mi esa parte del viaje era increíble, poder disfrutarlo cada vacación que el dinero lo permitía. Fue ahí donde me di cuenta que lo mío lo mío era la vida marina, el mar, los ríos, los lagos... Eso es para mí la Biología Marina.

Dicen que cada paso que has dado te lleva a donde estas ahora. Actualmente estoy en preparatoria e involucrada con Ecology Project, pero ¿cómo llegó EPI a mi vida? Es gracioso por que llegó por capricho.

Un día en clase de Ecoturismo, el profesor nos habló de un curso de islas con unos tales ''EPI'', me pareció interesante pero en esos momentos estaba encaprichada por un celular, así que solo escuchaba que te tenías que anotar en una lista y que ibas a faltar una semana a clases. Pero mi mente decía ‘‘¿Mamá cuándo vamos a ver los celulares?”… Con la fecha del curso acercándose, mi amiga me decía “Aline tienes que ir, ¡qué genial!”. Por dentro mi dilema era “¿celular o Isla?”.

La lista final estaba por entregarse y aún no estaba completa así que en un momento de impulso, sin meditarlo ni pensarlo me dije “¡Por qué no, celular luego!” y me anote en la lista...

Jamás me arrepentí de haber ido sin pensarlo, fue tanta la experiencia, el lugar hermoso, la ciencia, la diversión, el ambiente de EPI. El curso donde los conocí fue en octubre de 2013 pero no fue sino hasta Semana Santa del siguiente año, que realmente me involucré en EPI como lo estoy ahora. Se me ocurrió hacer mi servicio social con ellos. Cuando llegó la temporada de primavera 2014 del Programa de Islas, me dieron la oportunidad en la preparatoria de volver a asistir. ¡Fue un sin fin de información nueva y experiencias!

Luego, tuve la oportunidad de participar en un programa piloto de Monitoreo de Tortugas Marinas en la Isla Espíritu Santo y conocí diferentes lugares como La Ensenada, La Partida y playa Dispensa, lugares hermosos y tranquilos. Además tuve la oportunidad de tocar algunas tortugas, de ver una Carey a unos cuantos centímetros, de medir y pesar una Prieta y sin olvidar, de conocer gente nueva y hacer más amigos. La comida como siempre espectacular.

En octubre del mismo año, llegó nuevamente una invitación de EPI para su curso de Ecología de Islas para la temporada otoño pero con un elemento especial... El curso se llevaría a cabo con estudiantes de Costa Rica. Me emocionaba muchísimo la idea de participar y que esta oportunidad llegara de nuevo a mí. No hay nada como la primera salida porque ahí no sabes que esperar y todo es mega interesante. Sin embargo, esta última fue super espectacular, era una convivencia tan genial con los chicos Ticos, tanta información nueva e intercambio cultural, un ambiente muy agradable donde aprendí gracias a los instructores que ''la ciencia es sexy''. La ida a la Lobera fue genial y divertida: las crías estaban muy juguetonas con nosotros, hasta tan juguetonas que me mordisquearon a mí y otros compañeros.

Así fue que mis compañeros y yo nos comenzamos a interesar por el Club de Ecología ''Californios Verdes'' y decidimos asistir después de que nuestra prepa fuera invitada al Rally de Balandra. A las 3 semanas de haber sido parte de los participantes del Rally, me toco estar del otro lado del ''show'' como Californio verde y fue espectacular. También fui al Programa de Tortugas Marinas en playa San Cristóbal con ASUPMATOMA y los Californios verdes. Ahí mis ánimos por la educación ambiental y la ecología pasaron de un 75% al 100%. Ahora que he conocido a chicos nuevos de mi edad que tienen algo en común conmigo, me motiva seguir creando una comunidad consciente de todo lo que tenemos en nuestra ciudad, de su importancia para nosotros como paceños y sudcalifornianos. Con ello nace el entusiasmo en mi de crear proyectos para la sociedad que espero hagan pensar a más de uno para desarrollar un futuro más sostenible.


Agradecer a Ecology Project me será infinitamente placentero por todas las experiencias y enseñanzas que me ha dado y por la oportunidad de conocer distintas personas que creen en la educación ambiental y quisieron transmitir sus conocimientos: esto me ha ayudado a darme cuenta qué es lo que realmente quiero para mí en un futuro, y lo que quiero hacer por mi ciudad, por mi país, por mi planeta. 
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El próximo sábado 6 de Diciembre de 3 a 6pm, Ecology Project International (EPI) y el Proyecto Bio-regional de Educación Ambiental A.C. (PROBEA), invitan al cierre de sus actividades del 2014 con el evento: Segunda Posada Ambiental “Ciencia y Sustentabilidad”.

Este otoño de 2014 ambas organizaciones lograron involucrar a más de 200 estudiantes en actividades de educación ambiental. Los estudiantes participantes tanto en los programas de EPI, como de PROBEA, provinieron de diversas escuelas entre las que se encuentran: COBACH 02,03 y 11, CECyT 08 y 11, CBTIS 230, CETMAR, Preparatorias María Morelos y Pavón, y Juan Pablo II, la UABCS, la Universidad Mundial, así como las primarias Ignacio López Rayón y Montessori del Mar, y secundarias Humberto Muñoz Zazueta, Rafael Ramírez, Técnica 10 y 13. 

El objetivo de este evento es reconocer y celebrar el trabajo realizado por los estudiantes durante los pasados meses. Su participación en los programas de ambas organizaciones ha ayudado, por un lado, a enriquecer la investigación científica de invertebrados marinos de la Isla Espíritu Santo, y por otro, la certificación de sus escuelas para llevar a cabo un manejo sustentable de sus recursos. Otras actividades también han contribuir a enriquecer los conocimientos de los estudiantes sobre temas relacionados con la ciudad, el agua y el cambio climático.

El evento se realiza en el CAMPUS EPI, éste es gratuito y abierto a todo el público. Entre las actividades programadas habrá: exposición de carteles científicos y actividades artísticas, exhibición de papalotes hechos con material reciclado, un espacio dedicado a las organizaciones locales que abogan por el cuidado del medio ambiente y siguen las líneas de acción del programa de PROBEA, así como comida, música, premios y mucho más.

¡Te esperamos!




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Conocí Ecology Project International a través de una convocatoria que llegó a mi preparatoria para el Programa de Ecología de Islas. Unos amigos ya habían participado en este programa y me compartieron su experiencia con muchas cosas positivas en ella.

En cuanto supe que la invitación había llegado de nuevo, de inmediato hablé con el profesor a cargo de la salida, para asegurar mi lugar. Lo vi como una oportunidad para ir adquiriendo conocimientos que me servirían más adelante en mi carrera. Me pareció algo padrísimo para conocer más sobre mi estado, la fauna y flora que habitan en él, las cosas que aprendería y la convivencia que me llevaría.

Al llegar a la Isla Espíritu Santo lo primero que noté fue el hermoso color que tenía el agua, era un azul casi verde bellísimo, en el ambiente se respiraba la tranquilidad, es un lugar de ensueño.

Unas de las actividades que realizamos dentro del agua fue el monitoreo de la estrella común (Phataria unifacialis), la cual constaba en sumergirse, recolectar varias estrellas con mucho cuidado de no lastimarlas, y después, ya en la lancha las contábamos, observábamos si tenían algún brazo mutilado y/o regenerado y si tenía parasito tikacalista. Al finalizar el  monitoreo las devolvíamos al mar.

Nos dieron una plática de la importancia que tiene el fito y zoo plancton para la vida marina, y tuvimos la oportunidad de observarlos en sus distintas formas, tamaños y colores.

No enseñaron como no dejar rastro en la naturaleza, respetando su estructura y no alterándola. Dejar todo en el lugar en que estaba “dejar solo huellas y tomar solo fotos”. Entendimos los daños que podemos causar tan solo por no saber cómo realizar una fogata o un campamento sustentable en zonas naturales.

Llevo ya tres grandiosos viajes con EPI y en cada uno de ellos he aprendido cosas distintas sobre la conservación de la naturaleza. He cambiado pequeñas cosas de mi vida diaria que por más insignificantes que parezcan, al pasar los años serán las que marquen la diferencia. Acciones como separar la basura; llevar mi propio bolso o pedir que me empaquen las cosas del Super en cajas; el apagar y desconectar cualquier clase de aparatos electrónicos cuando no están en funcionamiento; reusar todo lo que se pueda; reducir el consumo de cosas embotelladas, empaques, etc.; cuidar el agua; favorecer todo aquello que contribuya en algo bueno al ambiente.

Me ha abierto los ojos, mi manera de ver las cosas ya no es la misma. Todo lo miro con más responsabilidad y cuidado, porque todo lo que hacemos mal, como el no tirar la basura en su lugar o el simple hecho de aventar un empaque al mar, repercute severamente en el ambiente. Por eso te invito que te acerques a conocer un poco mas de los programas que tienes EPI, que nos ayudes a llevar este mensaje a las demás persona. Todos al poner nuestro granito de arena con esas pequeñas grandes acciones, podemos lograr a que nuestro planeta tenga una mejor calidad de vida y no solo nuestro planeta, sino a todos lo que habitan en él.

¡Hoy en día esto de ser ecológicos y ambientalistas está de moda, sigamos así! ¡Todos a ponerse de moda y no permitir que se acabe!

Únete y forma parte de este gran equipo. No saben lo bien que se siente estar haciendo algo por nuestro hogar. Muchos pensarán, ¿de qué sirve si sólo lo hacen unos cuantos?, déjeme decirles que con esa mentalidad jamás progresaremos. Ustedes únanse, compártanlo y se unirán más, y en cuanto menos se lo esperen gran parte del mundo estará a favor del cuidado del medio ambiente.


¡No tienen mucho que pensar, únanse ya! Es por nuestro planeta.


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Esta es la historia de Boris Savin, de su participación con EPI y de cómo se ha vuelto un agente de cambio en su comunidad. 

Las tortugas marinas hembras que llegan a la orilla de la playa van destinadas para poner sus huevos. Sin embargo, mientras desovan entran en una especie de trance que las hace vulnerable, y muchos animales aprovechan la situación para alimentarse de ellas. Estos animales pueden ser por lo general perros, zorros, etc., pero se han visto hasta tigres alimentándose de ellas mientras desovan.

También existen otros depredadores como las larvas de mosca que se alimentan del huevo mientras este se desarrolla, están los hongos que hacen prácticamente lo mismo, otros depredadores como los perros y los zorros que escarban los nidos para comerse los huevos, y no nos olvidemos de los humanos como los cazadores ilegales de huevos de tortuga.                                                                      

Eso no es todo…

También hay más amenazas en la siguiente etapa… la eclosión: 

Las aves como gaviotas y zopilotes, los cangrejos y los perros esperan a que eclosionen para poderse alimentar cuando están por llegar al mar. Los animales no son los únicos que representan una amenaza: el ser humano construye carreteras muy cerca de la playa, pone muchos locales que generan luz y desorienta a las tortugas. Al tener muy buena vista, las tortugas se confunden y no van hacia el mar sino hacia las luces de hoteles, discotecas, carros, y así, estas pobres criaturitas mueren aplastadas por autos y por las personas que van a esos lugares.

En su siguiente etapa de crecimiento, nuevamente encuentran amenazas… 

En el mar, algunos peces pequeños y moluscos las cazan. Los tiburones se las comen cuando todavía no llegan a la adultez.  Nuevamente, el ser humano las pone en peligro con sus barcos y lanchas que con sus propelas pasan y mutilan a las tortugas. También quedan atrapadas en las redes de pesca y se ahogan ya que no pueden salir a respirar.

La contaminación que dejamos a nuestro paso como la basura y los derrames de petróleo las afecta fuertemente. Muchas tortugas inocentes mueren por nuestra culpa.

Y solamente unas cuantas personas se dan cuenta de ello. No seas parte del montón de aquellos que no se dan cuenta de lo que está sucediendo y solo dicen que harán algo y realmente no hacen nada. En nombre de estos animales inocentes, no tiremos basura, si encuentras basura recógela. ¡No te quedes con la sensación de hacer algo… si lo vas a hacer, hazlo!



Cuando participé con Ecology Project International y los Californios Verdes (el club de ecología de EPI México) en su curso de monitoreo de tortugas marinas en el campamento de ASUPMATOMA, aprendí todo esto que estoy relatando y me di cuenta de muchas cosas que se deberían hacer. Antes de asistir a este curso, no conocía estos hechos, y no les prestaba mucha atención. Ahora quiero poner mi granito de arena: cada vez que voy a la playa y veo basura no la dejo ahí, la recojo. Además, comparto esta información con todos los que me preguntan porque la recojo. 

Al leer esto espero que tú también tomes conciencia y que algún día participes en alguno de los increíbles cursos de EPI y te conviertas también en un californio verde. Bueno… esto te lo dice otro orgulloso californio verde.



Muy pocas tortugas viven para completar sus ciclos y volver a su playa de origen y todo para tener que sobrevivir a los obstáculos que los humanos les ponen… ¡CUÍDALAS! 

Espero que con todo esto hagas un poco de conciencia hacia estas pequeñas y hermosas criaturitas. 






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Walter viajó desde Galápagos a La Paz. ¡Conoce ya tres sitios y varios programas de EPI! Entérate de su historia, sus logros y metas...


Conocí a EPI cuando participé en su programa de ecología en Galápagos. Durante una semana viví una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida, tanto personal como mentalmente. Aprendí del lugar en donde me crié y gracias a eso vi una nueva forma de ver la vida. Después de ese campamento fui afortunado de ganarme un viaje de EPI alrededor de todas las islas, y nuevamente conocí algo que nunca pensé conocer, puesto que  viajar por las islas de Galápagos es muy caro. Después de participar durante 12 meses con EPI, tuve la oportunidad de viajar a los Estados Unidos y participar en el programa de ecología de Yellowstone, sumándose esta a una nueva aventura que me ayudaría a estar seguro de lo que quiero ser toda mi vida.

De regreso a Galápagos, querían que los estudiantes que habían estado en algún programa de EPI siguieran activos en la conservación, así que nació la idea de crear un  club de ecología "Mola Mola". Asimismo, la idea de poder participar activamente en la conservación fue algo que me emocionó de inmediato, así que me uní a este proyecto y trabajé con ellos por más de un año.

Después de un largo tiempo, dedicando mi tiempo a EPI y al colegio, llegó el día de mi graduación, y después de esto vino la gran pregunta sobre ¿qué voy a hacer el resto de mi vida?

Siempre estuve interesado en la conservación del medio ambiente, y en especial  porque siento una  conexión con el océano y quisiera poder estudiarlo. Así fue como pensé en la carrera de Biología Marina y supe que era perfecta para mí. El problema es que yo quería salir, conocer el mundo, y poder estudiar en otra parte. Sin embargo, por mis propios medios me era muy difícil, así que decidí pedirle ayuda a EPI. Me respondieron que me apoyarían para poder conseguir mis estudios y me dieron varias propuestas de universidades, unas eran en los EUA y otra en México, en La Paz, Baja California Sur. 

Mi dilema fue que no sabía por cual decidirme… Juanse, el entonces coordinador de programas de EPI Galápagos y gran amigo mío, fue a La Paz y  me contó lo hermoso que es. Me facilitó algunos datos sobre  la UABCS y su excelente programa de Biología Marina: en base a eso me decidí por La Paz.

Le comenté a mis papás, quienes no dudaron en apoyar mi decisión, y me encantó saber que cuento tanto con su apoyo como él de EPI. Afortunadamente, después de unos largos meses de espera, llegó la sorpresa de que se habían encontrado los fondos para poder venir y estudiar a La Paz. Después de haberme reunido con una parte de la mesa directiva de EPI  y haberles contarles mis metas, y el por qué quiero estudiar Biología Marina, decidieron ayudarme. Esta noticia me emocionó mucho, y empecé a prepararme para presentar los exámenes de ingreso a la UABCS. De hecho recién lo acabo de presentar, ahora solo falta la confirmación de que sí, me quedo a estudiar en este hermoso lugar.

Llegué a La Paz hace unas semanas, muchos me preguntan ¿cómo me ha parecido este lugar? Lo único que se me viene a la mente es que es SIMPLEMENTE HERMOSO, su paisaje, la gente, el pueblo, las playas, el malecón: es un lugar muy bonito y me siento muy bien aquí, me encuentro a mí mismo en este lugar. De cierta manera, es muy parecido a Galápagos, a diferencia de que es un poco más grande y con centros comerciales. En general tiene un ambiente muy parecido al de mi hogar, en parte eso me hace sentir como en casa. Esto me ha ayudado mucho y siento que cada vez estoy más convencido de estudiar aquí.

Si me preguntan qué tan agradecido estoy con EPI, pues las palabras me faltan para poderle dar las gracias a todo el equipo de EPI Galápagos por haberme apoyado y guiado para cumplir este sueño, y a EPI México por haberme acogido en el campus, por hacerme sentir bien en La Paz  y de igual manera, guiado durante estas semanas aquí. Estoy seguro de que el resto del mes, me la pasaré de lo mejor.

Al fin estoy cumpliendo mis sueños, todo lo que algún día solo era parte de mi imaginación, ahora se hace realidad  y voy a dar lo mejor de mí para agradecer toda la ayuda que estoy recibiendo de todo el equipo EPI.

Gracias.


¡Mucha suerte Walter, estamos muy orgullosos de ti y te deseamos lo mejor!



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¡Estamos felices de anunciar que el curso de Ecología de Islas ahora otorgará puntos escalafonarios a los maestros que nos acompañen!

Desde el 2010, Ecology Project International ha buscado el reconocimiento de sus programas con la Secretaria de Educación Pública (SEP). El otorgamiento de puntos escalafonarios, en beneficio de los maestros, representa un estimulo para su participación y tienen como finalidad de que ellos también saquen provecho de estos cursos y del estilo de enseñanza de EPI basado en la educación vivencial.

De ahora en adelante, los puntos escalafonarios serán concedidos para los maestros participantes en el programa de Ecología de Islas cuya décima temporada inicia en octubre. Este programa, único en la región, es una oportunidad extraordinaria para trabajar en una investigación marina y para que los jóvenes sudcalifornianos se conviertan en colaboradores activos en el esfuerzo internacional de conservación. 

El trabajo realizado sirve para catalogar y estudiar a las especies que habitan en el archipiélago de Espíritu Santo.  Al formar parte de una investigación de invertebrados marinos (estrellas y pepinos de mar, erizo, etc), los estudiantes aprenden sobre su papel e importancia en el ecosistema lo cual les permite comprender su impacto en los ecosistemas y como minimizarlo. Además, este curso también les brinda las herramientas necesarias para conocer más sobre la ecología y biología de la fauna y flora de la Península de Baja California.


Actualmente se trabaja con escuelas desde Loreto hasta Los Cabos, incluyendo Cd. Constitución e Insurgentes, así como La Paz. 
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Adriana Hernández Mancera es originaria del Estado de México. Desde pequeña siempre se interesó en los animales, las artes, la naturaleza, y en crear cosas nuevas usando su imaginación y los residuos sólidos. 

Al cumplir 7 años se fue a Chihuahua, donde vivió un año para después asentarse definitivamente a las afueras de La Paz, B.C.S. Aun cuando entró al bachiller, no le gustaba vivir en La Paz, tenía amigos, familia, tenía toda una vida, pero algo le faltaba… no entendía que más se podría hacer en una ciudad tan pequeña.

Un día, su padre la llevó a un jardín comunitario que pertenecía a Raíz de Fondo, una organización que tiene jardines donde la gente cultiva y cosecha sus propias hortalizas de manera orgánica. Rápidamente, se hizo voluntaria para la apertura del jardín Sabores de la Tierra y siguiendo algunos de sus intereses, Adriana apoyó en el área de cocina con los aperitivos que se darían ese día. Como el jardín carecía de cocina, toda la comida se preparó en las instalaciones de EPI. Adriana nos cuenta que cuando llegó vio a muchos jóvenes de entre 15-18 años y conoció a Aracely Rojas, encargada del programa de vinculación, quien la invitó al club de ecología llamado Californios Verdes conformados por una mayoría de ex alumnos de EPI. Aracely le dijo: “te va gustar, hay muchas actividades en las que podrás participar, y muchas maneras de apoyar a la comunidad y el medio ambiente.” Sin embargo, Adriana nos confesó que al principio “aunque la idea de apoyar a otras personas y ser voluntaria en muchas actividades relacionadas con el medio ambiente me interesaba muchísimo, también me aterraba llegar a un lugar en el que no conocía a nadie.”

En su segundo semestre de bachiller conoció a PROBEA, el Programa del Museo de Historia Natural de San Diego. PROBEA tiene un proyecto en el cual los alumnos trabajan en conjunto con los directivos y trabajadores del plantel para convertirla en una institución ambientalmente sustentable, este proyecto se llama “Escuela Inteligente.” Adriana, motivada por sus gustos personales y por maestros del COBACH 11 se unió al comité de Escuela Inteligente donde además de trabajar en pro del medio ambiente y apoyar a la comunidad escolar en actividades relacionadas con Escuela Inteligente, se abrió sin saberlo más de una puerta que cambiaría su vida.
  
En mayo del 2013 se unió a Californios Verdes después de participar en el Programa de Ecología de Islas de EPI en la Isla Espíritu Santo. Durante ese curso, conoció, convivió y experimentó con sus compañeros de escuela el placer de aprender sobre la importancia del medio ambiente y muchas especies que por nuestra causa se encuentran amenazadas. Por otra parte, también comenzó a conocer su ciudad gracias a un proyecto previamente llamado  “Jóvenes por Balandra” y ahora “Yo amo Balandra”. En este proyecto, los Californios Verdes, en conjunto con Niparajá, Conciencia A.C., y la ESCUFI, son voluntarios como facilitadores de un rally de conocimientos en esta playa ubicada a las afueras de La Paz. Permite juntar a una colonia de escasos recursos y una escuela preparatoria, para que puedan conocer y entender la importancia de los distintos ecosistemas presentes en Balandra. Adriana nos comenta que “fue una experiencia increíble, sábado tras sábado me levantaba temprano pensando que vería a niños decir ‘me encanta la playa, es como en las películas’ ó ‘yo le digo a mi papá que no tire basura’,  y ver a los jóvenes participar sin darle importancia a la clase social o económica, simplemente se divertían y aprendían.”

“No me gustaba vivir en La Paz” nos dijo Adriana, “a pesar de sentir la libertad de salir sintiéndome segura, me sentía apresada por la rutina. Cuando conocí a EPI, a Californios Verdes, y las otras organizaciones, me sentí libre de crecer, de hacer lo que me gustaba, de ayudar a los demás, de apoyar al medio ambiente y sobre todo, de aprender sin tener miedo de equivocarme: aprendí que equivocarme me llevaba al éxito, ellos cambiaron mi vida.”

Adriana también postuló y ganó una beca con EPI gracias a la cual viajó hasta Galápagos, Ecuador, y tuvo la oportunidad de trabajar con la tortuga terrestre gigante, así como de también disfrutar de las hermosas vistas de la Isla Santa Cruz. “Mi primera vez fuera del país, no podía creerlo… ¡Iba a pisar la tierra que Darwin pisó! Aprendí muchísimo, me encantó la cultura que tienen en cuanto separación de desechos, transporte, y respeto por los animales. ¡Definitivamente tengo que volver!”

Actualmente Adriana se dedica a hacer voluntariados en distintas organizaciones como en Raíz de Fondo, con un grupo de liderazgo y con el taller de Nutriteatro en algunas escuelas primarias y jardín de niños. Sigue siendo parte de Californios Verdes, porque realmente le importa ser un agente de cambio en la sociedad.

Además, gracias a todos estos logros, ganó la beca EPI Alumni Award para poder realizar su proyecto, el cual constará en una tarde de cine durante la cual se proyectará el documental Azul Intangible en la cancha de El Centenario, un ejido a las afueras de La Paz, el cual es su hogar desde los 9 años de edad. Adriana nos comentó que “mucha gente no conoce cuál es el maravilloso mundo marino que se encuentra en el Golfo de California, Eréndira Valle nos lo muestra en Azul Intangible y es algo que quiero que la comunidad se entere, porque Aracely nos decía ‘no puedes cuidar aquello que no amas, no puedes amar aquello que no conoces, y no puedes conocer aquello que no te enseñan.’”

Adriana acaba de culminar sus estudios de bachillerato y piensa dedicarse este año a solo estudiar inglés, y ver qué camino tomar en el futuro. No obstante, piensa seriamente dedicarse a la educación ambiental y a las artes plásticas. Una cosa es muy segura, tiene sueños que va a cumplir, como ser voluntaria para cuidar a orangutanes sin mamá, seguir pintando, aventarse en paracaídas, volar en globo aerostático, viajar y seguir haciendo voluntariados.


Por último Adriana nos dice “tuve la gran suerte de estar en el momento oportuno, con la gente correcta, haciendo lo correcto, EPI, y Californios verdes así como todos a mi alrededor cambiaron mi vida, por eso hoy agradezco a todas las personas que siempre me impulsaron a hacer lo que me apasiona, a mis padres y familia por educarme correctamente, por apoyarme incondicionalmente y a mis amigos por siempre estar ahí para mí, ¡Gracias!”
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La aventura de nuestras vidas. La vida nos sorprende tan grandemente solo una vez cada tanto, y esta ocasión fue la oportunidad de cuatro chicas miembros del club ecológico Californios Verdes.

Adriana Hernández Mancera, Dunia Ali Sánchez Rodriguez, Elizabeth Giomara Zamora García y Jimel López Montoy, así como una afortunada mamá californio Yolanda Angélica Ríos Torres, tuvimos la oportunidad de experimentar una aventura que cambiaría nuestras vidas para siempre, un viaje al archipiélago de Galápagos. Desde el principio la aventura fue desafiante, pues nuestros vuelos fueron retrasados, los horarios muy separados y tuvimos que correr, literalmente, para poder llegar a tiempo a nuestra documentación y sala de espera de nuestros vuelos. Pero todo eso valió la pena: todo el cansancio, mareos y malas experiencias en el vuelo pronto quedaron atrás al llegar a Galápagos, esas mariposas en el estómago de al fin pisar tierra, una tierra que todos sueñan con pisar, eran incontrolables y a la vez hermosas.
Y al llegar a Galápagos empezaría una aventura única en la vida en la cual lo único que pudimos hacer fue disfrutar y sonreír ante las maravillas que estábamos presenciando. El primer pensamiento que tuvimos todas fue: “estoy pisando la tierra que piso Charles Darwin hace muchos años”, y la emoción crecía y crecía cada vez más. Viajar a Galápagos a nuestra corta edad fue lo mejor que nos pudo haber pasado, conocer y convivir con gente originaria de Ecuador fue un extra que no esperábamos. Aprendimos sus palabras comunes y ellos aprendieron de nosotros. La cultura ecológica de los habitantes de las islas es impresionante y muy avanzada. Separaban los residuos en orgánico, inorgánico y reciclable, lo cual era impresionante porque absolutamente todas las personas participaban de ello. Además, el hecho que toda la gente se movía en la ciudad caminando o en bicicleta, fue sin duda algo que nos impresionó. En las calles no se tira basura, lo que nos hizo darnos cuenta de que nuestros hábitos diarios podrían mejorar aún más, y tratar de implantar esa forma de vida, en mi familia, con mis amigos, y ¿por qué no? en mi escuela.

Trabajamos mucho y aprendimos aún más, disfrutamos mucho de esta oportunidad. Conocimos varias especies endémicas tanto del archipiélago, como de la Isla Santa Cruz, como fue Chelonoidis nigra, una especie de tortuga gigante y Opuntia cacti, una especie de cactus, iguanas marinas, pinzones diferentes, tintoreras o tiburones punta negra, gaviotas, lagartijas, iguana terrestre, en fin una increíble diversidad de fauna y flora nativa y endémica, que nos maravilló y asombró grandemente. En el programa de Ecología de Islas de EPI Galápagos pudimos realizar muchas actividades relacionadas con la conservación de tortugas gigantes (Chelonoidis nigra) y su hábitat. El primer día colaboramos en el marcaje y monitoreo de tortugas, ayudando a marcar, pesar, medir, y tomar datos de varias tortugas que nos encontramos en el camino (10 en total), todo esto en un terreno resbaladizo, fangoso y muy desafiante. El segundo día, tuvimos la oportunidad de viajar a uno de los puntos más altos de Isla Santa Cruz, a Media Luna, y luego trabajar en la erradicación y control de plantas introducidas como la mora, en Santa María y Cascarilla, y tuvimos un resultado muy bueno, con más de 300 m2 liberados de plantas nativas y un total de 566 plantas arrancadas. El tercer día analizamos las muestras recogidas en campo, contamos semillas y analizamos las plantas encontradas, aparte que tomamos datos contribuimos a un estudio que se está realizando desde hace seis años. Ese día descubrimos, durante clases, el por qué Galápagos es único, y vaya que es único y tan especial. El cuarto y quinto día nos dedicamos a realizar nuestro proyecto de investigación, que como en todo programa de EPI tenemos que realizar, nuestro tema a trabajar fue: ¿De qué género de tortuga gigante (Chelonoidis nigra) se han dado más avistamientos en la temporada cálida (marzo a junio) en la zona de “El Chato” en los años 2011-2014? Estos días fueron increíbles donde hicimos amigos y compañeros maravillosos, y pudimos convivir con chicos de la Isla San Cristóbal, quienes nos trataron muy bien y nos enseñaron muchas cosas acerca de las Islas.
Todas tuvimos sentimientos encontrados en este viaje y pudimos sentir la añoranza de casa y nuestras familias, y a su vez la emoción de poder vivir parte de los documentales que alguna vez vimos sentadas en la sala de nuestra casa, ver la diferencia gastronómica y echar un poco de menos el picante, darnos cuenta que aunque hablamos el mismo idioma tenemos muchas cosas diferentes. Estar dispuestas a salir de nuestra burbuja de confort y levantarnos a las 6am, bañarnos con agua fría, llenarnos de lodo, dormir en sleepings y comer todo el día. Ver tan cerca a un animal que ya vivía en la tierra bastantes años antes de que naciéramos y ver que a pesar de su enorme tamaño nos temía, en cuanto nos veía se escondía dentro de su enorme caparazón soltando un bufido. Nos dimos cuenta de lo frágil que es nuestro entorno y hasta qué grado hemos llegado a perturbarlo con tal de conseguir nuestra comodidad que ahora la naturaleza ha pagado un alto precio por nuestro confort, especies de tortugas extintas como el Solitario George, los pájaros brujos severamente amenazados, la Scalesia que sigue luchando contra la mora y la lista es bastante larga. Esta emoción crecía y creía al tener la oportunidad de estar paradas dentro del mar y ver pasar iguanas marinas nadando frente a nosotros y verlas tomar el sol en la arena. Todo esto, los sentimientos y experiencias son memorias que quedarán grabadas para siempre en nuestras mentes.
Solo podríamos describir este viaje como sueños cumplidos, de sonrisas y aprendizaje infinitos, y una aventura que recordaremos para toda la vida, y lo que podemos decirle a todos los chavos y papás californios es que estén leyendo esto es: que aprovechen todas y cada una de las oportunidades que EPI México ofrece, pues son experiencias inolvidables y de gran valor educativo, además que enriquecen tu vida de una manera espectacular. Por último queremos agradecer a EPI México por brindarnos la oportunidad de vivir esta experiencia maravillosa, y cambiar nuestras vidas para siempre, nunca vamos a tener palabras ni acciones suficientes para agradecer todo su apoyo y confianza al permitirnos ir a este viaje a las Islas Galápagos. Muchas gracias.

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El urbanismo táctico es una corriente nueva que pone el esfuerzo colectivo al centro de las motivaciones y busca mejorar los espacios públicos en desuso. 

Intenta embellecer el ámbito urbano para que la vida ahí se pueda desenvolver con un ritmo más humano. Quiere transformar espacios y llevar a la creación de vínculos. Busca motivar la participación ciudadana para que dicte el uso de los espacios basándose en las necesidades de la comunidad.

El urbanismo táctico desea concebir una estrategia que gradualmente pueda provocar cambios. Quiere implementar soluciones para los retos de planeación local. Anhela crear compromisos a corto plazo con expectativas realistas. Busca motivar acciones con bajo niveles de riesgo que tienen el potencial de convertirse en grandes recompensas. El urbanismo táctico pretende desarrollar el capital social entre los ciudadanos y el crecimiento de las capacidades de organización colectiva.

¿Pero no podemos preguntar, por qué todo esto? ¿Por qué la necesidad de hacer ciudades a escala más humana?

Porque nuestras ciudades se están transformando. Alrededor del mundo, las ciudades están en constante evolución incluyendo azoteas verdes, sistemas de transporte sustentable, implementando el uso de la bicicleta, creando espacios públicos de convivencia, potenciando el uso de energías renovables en sus edificios, construyendo parques lineares, y creando nuevos empleos verdes. Estas tendencias tienen la finalidad de hacer de nuestros espacios urbanos, distritos sustentables que ponen énfasis en el bienestar social. Poner al humano al centro de las actividades, poner al peatón por encima de los autos, poner los valores por encima de los intereses: éstas son las acciones que están devolviéndole el carácter cálido y humano a las ciudades para que dejen de ser sencillas “jungla de concreto”. 
Nuestras ciudades están cambiando. Imagínate una ciudad sin postes y cables aparentes, potenciada por energías limpias, una ciudad por donde puedas circular libremente en bicicleta, una ciudad donde se respira aire fresco y la contaminación no es problema del día a día, una ciudad en donde calles y banquetas forman parte de un mobiliario urbano que alienta hacia una infraestructura verde y sustentable. Una ciudad en donde la basura es parte de la solución y no del problema. Una ciudad por donde la movilidad urbana sustentable es una realidad.
La Paz es una de las pocas ciudades en México que cuenta con infraestructura ciclista. Construida hace unos cuarenta años, la ciclovía del Boulevar Forjadores corre desde el Parque Morelos hasta la UABCS. Sin embargo, esta ciclovía, abandonada por décadas, se encuentra ahora invadida por postes telefónicos, anuncios publicitarios, carros y otros obstáculos que hacen transitar por ella, todo un reto. Con la finalidad de rehabilitar espacios en desuso que podrían ser de gran aprovechamiento urbano, diversas organizaciones y colectivos en La Paz como Urbanería, Raíz de Fondo, Niparajá, BCSicletos y Ecology Project International decidieron unirse para llevar a cabo la recuperación de esta ciclovía en un tramo de 300 metros (de la 5 de Febrero hasta la calle Veracruz).
Así mismo, los días 16 y 17 de mayo de 2014 se organizó un evento de Urbanería inspirado en la denominada corriente de urbanismo táctico. La intervención se realizó con más de 80 participantes cuyo esfuerzo colectivo llevó a un muy buen resultado. Esta Urbanería se realizó en conjunto con la Preparatoria Morelos y su taller de diseño. Las actividades que se llevaron a cabo durante la intervención fueron: creación de jardineras para la cosecha de agua de lluvia, limpieza y señalización de la ciclovía, creación de murales con temáticas sobre la concientización vial y reforestación.
A continuación podrá ver una serie de fotografías cuyo contenido muestra el valor agregado a la ciclovía después de la intervención.

Mural para la concientización vial "Todos somos peatones"

"Transitar es compartir"

Mural informativo "El agua en La Paz" de la campaña "El agua no viene de la llave, viene de las sierras. ¡Cuídalas!" de Niparajá

Así luce ahora un costado de la ciclovía con jardineras para la captación de agua de lluvia.
Otra vista de las jardineras para cosecha de agua de lluvia realizada por los participantes y Raíz de Fondo. ¡Todo un éxito con lluvia!

Mural hecho por los estudiantes de la Prepa Morelos






Escrito por Istar Vignal

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